Un dilema que puede encontrar en el proceso de usar la afirmación como una herramienta para desarrollar el liderazgo personal es la dificultad que experimenta al aceptar una afirmación como una declaración de la realidad cuando sabe que, hasta el momento, no es cierta. En este punto, el arte de la visualización le permite pasar del área de los sueños a la luz de la realidad. Un gran porcentaje de patrones de pensamiento están orientados a la vista. El pensamiento más simple suele provocar una imagen. Si alguien menciona un árbol, usted “verá” un árbol, pero la mención de un concepto abstracto, como la justicia, requiere que su mente se enfrente a la idea hasta que de alguna manera reduzca la abstracción a una imagen mental. Si no puede formar una imagen, es posible que se sienta confundido y no comprenda. Si escucha la palabra “automóvil”, rápidamente imagina uno; pero probablemente sea bastante confuso. Si luego se le pide que describa el automóvil que imaginó, debe volver a enfocar su imagen mental porque al principio no sabía qué esperar. Cuando haya enfocado su imagen mental con suficiente claridad para describir ese automóvil, probablemente sea el suyo. Esa es la forma en que la mayoría de nosotros respondemos a los pequeños acontecimientos de la vida. La visualización está restringida a lo que ya sabemos, a lo familiar y al lugar común. Olvidamos que somos libres de usar la imaginación, la especia que agrega significado y entusiasmo a la visualización. La visualización se aprovecha al máximo cuando se aprende a utilizarla en su forma más elevada, la de relacionar el presente con el futuro. Cuando pueda, a través de la visualización, relacionar “lo que es” con “lo que puede ser”, ha desarrollado la visualización en un arte genuino. La visualización demuestra que puede crear cualquier cosa que conciba. Aprende mediante el proceso de visualización a mover el futuro al presente, a expandir su propia experiencia. Tiene el salto mañana. Está preparado para ello porque ya está familiarizado con él. Lo ha “visto” a través de la visualización. Cuando libera su imaginación y visualiza sus metas con atención controlada y energía concentrada, comienza a ver algunos resultados sorprendentes.
La visualización cambia una idea general en algo más específico. Su cámara mental se enfoca. La casa de sus sueños toma forma y se transforma de un borrón confuso en una imagen nítida. Es tan real que puede ver las rosas floreciendo en el jardín. Puede ver las imágenes en las paredes, la vista desde la ventana de la cocina. El poder de la visualización le permite creer en su afirmación y disipar cualquier aprensión o preocupación relacionada con la meta. Lo desconocido se vuelve conocido y lo indefinido se vuelve definido.
La visualización le permite ver errores e incongruencias en su plan y hacer correcciones antes de que los errores se conviertan en realidad. Si mientras repite su afirmación “Disfruto compartir la casa de mis sueños con mi familia”, visualiza esa casa con el más mínimo detalle, ya está experimentando lo que se siente al poseerla. Puede detectar errores en el plano de la planta, el esquema de decoración o el tamaño de las habitaciones. Luego, puede ajustar su plan, corregir los errores y proceder sin consecuencias graves.Su ego experimenta un gran impulso porque eliminas la vergüenza y la incomodidad de cometer un error.
La visualización concentrada le permite refinar los detalles. Cuando empiece a visualizar la casa de sus sueños, es probable que se parezca a alguna casa que haya visto. Pero a medida que practique el arte de la visualización, comenzará a separar las funciones que le gustan de las que realmente no le interesan. Entonces, cuando la casa de sus sueños sea una realidad, tendrá el toque distintivo que lleva el sabor de la personalidad de su propia familia. El viejo dicho, “Ver para creer”, nunca fue más apropiado que cuando se relaciona con la afirmación y la visualización. Cuando establece metas, objetivos y deseos, afirma su fe en su capacidad para lograr y ejercita el arte de la visualización para imaginarse a sí mismo ya en posesión de esas metas, desarrolla una creencia casi milagrosa en usted mismo y en su capacidad para triunfar. La fuerza de voluntad por sí sola nunca produce éxito porque la determinación y la fuerza de voluntad no fomentan la fe. A menos que supere y desplace los aspectos negativos de su mente a través del poder de la afirmación y vea los resultados a través de la visualización, estará avanzando hacia lo desconocido. Recuerde, los hábitos y las actitudes se modifican por el desplazamiento, es decir, por la sustitución de viejos hábitos por un modo de comportamiento más satisfactorio. La determinación debe agregarse a la afirmación y la visualización. Cuando afirma sus metas con fe y confianza y las visualiza con claridad y precisión, sus metas ya están en el proceso de convertirse en realidad. Está en camino al éxito y, en cierto sentido, ya ha probado la satisfacción del logro.
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